La identidad de género e identidad sexual se diferencian en que la primera es más general e incluye aspectos no estrictamente biológicos como sucede con la mera identidad sexual. La identidad de género por tanto añade una dimensión psicológica de identificación que puede ser independiente de los caracteres fenotípicos que todos los humanos poseen por condicionantes biológicos, estos pueden ser independientes del ámbito psicosocial, a pesar de que en la mayor parte de seres humanos existe correlación entre ambos. La identidad de género es la conciencia que se adquiere de la igualdad, la unidad y la persistencia de la individualidad como varón o mujer, y en nada tiene que ver la ambivalencia como mal afirmaba John Money (1955). Los roles de género se «aprenden», es decir se desarrollan mentalmente, desde la más temprana niñez. La observación de otras personas de diferentes identidades sexos, como los padres y familiares, sirven de modelo para desarrollar una autoidentificación, que además se puede ver influida por factores biológicos y genéticos. Los niños aprenden rápidamente a asociar determinados colores, juguetes, objetos, actividades y vestimentas con identidades psicosociales. Sin embargo, existen estructuras cerebrales que influen en la diferenciación sexual de hombres y mujeres. El hipotálamo que influye en la temperatura corporal, la presión sanguínea, las sensaciones de hambre y sueño también tiene un papel decisivo en el comportamiento sexual. De hecho, estadísticamente los hombres tienden a presentar un mayor desarrollo del núcleo preóptico medial.
La identidad de género e identidad sexual se diferencian en que la primera es más general e incluye aspectos no estrictamente biológicos como sucede con la mera identidad sexual. La identidad de género por tanto añade una dimensión psicológica de identificación que puede ser independiente de los caracteres fenotípicos que todos los humanos poseen por condicionantes biológicos, estos pueden ser independientes del ámbito psicosocial, a pesar de que en la mayor parte de seres humanos existe correlación entre ambos.
ResponderEliminarLa identidad de género es la conciencia que se adquiere de la igualdad, la unidad y la persistencia de la individualidad como varón o mujer, y en nada tiene que ver la ambivalencia como mal afirmaba John Money (1955). Los roles de género se «aprenden», es decir se desarrollan mentalmente, desde la más temprana niñez. La observación de otras personas de diferentes identidades sexos, como los padres y familiares, sirven de modelo para desarrollar una autoidentificación, que además se puede ver influida por factores biológicos y genéticos. Los niños aprenden rápidamente a asociar determinados colores, juguetes, objetos, actividades y vestimentas con identidades psicosociales. Sin embargo, existen estructuras cerebrales que influen en la diferenciación sexual de hombres y mujeres. El hipotálamo que influye en la temperatura corporal, la presión sanguínea, las sensaciones de hambre y sueño también tiene un papel decisivo en el comportamiento sexual. De hecho, estadísticamente los hombres tienden a presentar un mayor desarrollo del núcleo preóptico medial.